Marta Segrelles Psicóloga

Cuando mi parte adulta no me cuida como necesito

A veces siento que las personas a las que acompaño se conocen, porqué coincide que un par de ellas vienen con la misma sensación, el mismo tema…

Y el otro día estuvimos hablando de esto cuando planteaban situaciones donde no acababan de encontrar la manera de “sacar a su adulta” para cuidarse.

Cuando hablo de sacar a la adulta, es porqué podemos hacer referencia a otras partes de nosotras, la parte niña, la parte padre…

Una de ellas decía que, aunque se sienta muy cansada no puede dejar de trabajar si hay cosas importantes por hacer y veíamos su conflicto mostrado en su discurso interno de esta forma:

-“Uff, necesito descansar, ya he hecho mucho hoy”.

Y otra parte de ella respondía:

-“Ya, pero, no deberías parar, aún te queda por hacer” “Tienes que hacerlo, hazlo, va”.

Por una parte, parece que hay una necesidad que no se satisface que es la del descanso y por otra parte ella creía que la segunda voz era su adulta.

Ella me decía es que me da miedo porqué si descanso, luego no hago nada, como si pasase de un extremo a otro “no me dejo descansar” o “descanso demasiado”.

Entonces, paramos un momento y reflexionamos sobre esa voz que creía que era de adulta y vimos que tenía un tono poco cuidador, de hecho, nos fijamos que era una voz bastante exigente.

Y cuando ella dijo “Tienes que hacerlo, va” se paró y dijo, esto me suena a mi madre y empezó a sentir esa sensación incómoda en el pecho.

Nos dimos cuenta entonces, que esa voz que ella creía que era una adulta que la cuidaba, era una adulta que la exigía, pero es que esa voz no era ella misma, sino la voz de su madre.

Esa voz de su madre le había podido servir en alguna ocasión cuando era estudiante, pero en la actualidad, le producía malestar porqué estaba cansada y no se permitía descansar.

La adulta que tenemos en nosotras es una que nos cuida desde la disciplina amorosa y compasiva, sino ¿porqué iba a surgir un conflicto ahí?

Surge porqué hay una voz adulta, que no es la propia, que nos exige “Va, trabaja, que tienes que llegar lejos y debes esforzarte” y entonces nos resistimos a descansar y luego hacemos lo contrario, porque estamos cansada de escuchar órdenes que no son nuestras…

Maternar significa ser nuestra propia madre y poder decir aquello que necesitamos, lo que necesitamos es decir “Ya sé que tienes trabajo, pero también es importante tu descanso”. “Entiendo que para ti es importante el trabajo, pero ya has trabajado tus horas hoy”, “Estás cansada y necesitas apagar ya el ordenador”.

¿Reconoces en ti esa voz exigente? ¿De dónde la has aprendido? ¿Cómo te puedes decir lo mismo, de manera compasiva y amorosa?



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