09 Oct ¿Por qué no puede ser de otra manera?
En sesiones cuando abordamos las relaciones familiares, de pareja o de amistad, aquellas relaciones más significativas y cercanas, nos damos cuenta de cómo nos gustaría en cierta manera cambiar a la otra persona, sería más fácil, seguro…
Cuando hablamos de tomar responsabilidad de aquello que nos ocurre se producen ciertas situaciones. Con responsabilidad me refiero a que no somos responsables de cómo le llega al otro nuestro mensaje, pero sí somos responsables de cómo lo decimos.
Imagina que una amiga te propone ir a tomar un café y tu no puedes, tienes trabajo y no puedes tomarte ese café hoy.
No eres responsable de que ella se enfade o se moleste, tu te has elegido a ti.
Otra cosa sería que de esa propuesta tu le dijeras “qué pesada, ¿cómo se te ocurre proponerme esto un lunes?, no molestes anda”. Ahí si que sería tu responsabilidad dirigirte a ella con asertividad. Una vez clarificado esto, vamos a poner otra situación que ocurre en sesiones:
“Fíjate cómo es mi hermana…”
“Si mi madre fuera así…”
“Todo sería más fácil si él no fuese…”
Además, que ahí hay ciertas creencias asociadas a las relaciones tipo “Si mi pareja fuera más cariñosa, yo sería más feliz”.
Entonces ahí hablamos de “más cariñosa, en consecuencia, más feliz”. Pero luego el discurso se suele enfocar más en lo que hace la otra persona, lo que dice, lo que no dice…
Y lo que ocurre cuando estamos viendo a la otra persona, es que dejamos de vernos, nos perdemos una parte, además es la parte importante, aquella activa que puede hacer cambios, porqué es la que está en sesión.
Y así vamos poniendo el foco en cómo son ellos, pero yo no sé nada de ti, de cómo a ti te afecta eso, de cómo te sientes tu al respecto.
“Es que fíjate, mi hermana, es muy entrometida, me pide opinión sin pedirla, viene a mi casa sin avisar”
Y mientras, no sabemos qué significa eso para nosotras:
¿Significa que esa situación me molesta?
¿Significa que me gustaría que viniera mi madre y no mi hermana?
¿Significa que tengo dificultades para poner límites?
Si solo estamos viendo cómo actúa la otra persona, dejamos de ver nuestras propias necesidades, puede ser que, si me siento enfadada, necesite establecer un límite, sentir una energía para decir “basta”.
Y luego viene cuando ya se lo hemos dicho y lo sigue haciendo.
Lo entiendo, será un fastidio, pero fíjate, antes lo hacía y no te dabas cuenta de cómo te sentías y ahora has podido sentir la rabia, se lo has podido decir…
Guaau… ¿Cómo te sientes?
Si paras y te das cuenta de lo que has conseguido, suena fácil pero menudo viaje, identificar lo que sientes e intentar hacer algo para satisfacer la necesidad de la rabia, en este caso. Paso a paso, cuando revisamos dinámicas familiares no es un trabajo de un solo día, de decirlo una vez, es cambiar una manera de funcionar… lleva su tiempo.
Sigue ahí… sigue caminando… paso a paso.